El Informe de Investigación

2. Límites de actuación: Alcance y eficacia

El informe como reflejo de las actuaciones de investigación y del testimonio del profesional actuante, aparte de eludir toda suerte de aspectos valorativos (con excepción de sus consideraciones o conclusiones) y tener un carácter sustantivo con finalidad informativa, ilustrativa y/ o técnico-pericial debe delimitar y limitarse a ciertos elementos preestablecidos:

-Objeto, sujeto y ámbito de investigación

Aspectos suficientemente acotados que impliquen una intrusión mínima en el entorno investigado.

• Elusión del sesgo del investigador. La actuación del detective:
  • No debe alterar el objeto de Investigación. Es recomendable una progresividad, tanto en la aproximación como en la aplicación de las técnicas, que no condicione el devenir. E
  • No debe implicar efectos indeseables que impliquen alerta, situaciones de engaño mediante el uso arbitrario o injustificado de subterfugios o incitadoras de la conducta sospechada y que pretende ser puesta de manifiesto. Es aspecto deseable en un profesional la definición de una estrategia de obtención de información de inspiración no exclusivamente finalista, sino que disponga de una elaboración adecuada, creativa y respetuosa no sólo con aspectos legales, sino que sustancie sobre principios de actuación éticos
• Un uso no proporcionado e intrusivo de la tecnología, tratando de suplir aptitudes o una rigurosa y actuación profesional.
• El acopio arbitrario y masivo de datos, informaciones y elementos de acreditación que no atañen al Objeto definido
• La ley como límite y máxima exigencia de actuación

El límite es la Ley, pero antes de alcanzarlo es deseable disponer y aplicar un código y pautas de conducta profesional autoimpuestas que prevalezcan sobre los intereses propios y los del Cliente, así como en otros objetivos y prioridades: urgencia, eficacia, economía y rentabilidad.

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Uso abusivo de tecnologías en Investigación y Malas prácticas

De todos es consabido que el uso abusivo y arbitrario de ciertas técnicas auxiliares de Investigación (medios de grabación y modos de obtención, de seguimiento, intrusivos de la privacidad o de aspectos no contemplados en el Objeto a investigar o fines perseguidos) e incluso de legalidad dudosa, que conllevan renuencia, desconfianza creciente y pérdida de reputación de la profesión, que es sacrificada en post de un resultado inmediato y de una supuesta eficiencia a toda costa. De ello es reflejo el cuestionamiento policial, judicial, de la opinión pública y de los propios clientes.

Debemos entender que no es posible la obtención, menos hacer uso, la entrega o divulgación de una información obtenida con un mal entendido rigor, afán de eficacia o vocación de servicio, la que en ningún caso el Investigado o afectado entendería como información personal que divulgase libremente por pertenecer a su ámbito privado y personal. Más allá de una esfera íntima de la persona de especial protección legal (derechos y libertades fundamentales), pudiera existir una intención de ocultación de conductas o aspectos reprobables que no implican vulneración, intrusión o indefensión; cuyo conocimiento por parte del investigador no vulnera este ámbito privado y quedaría justificado, caso de perjuicios o afectación a terceros, transgresiones de acuerdos, como competencia desleal, duplicidades, legales, económicas o familiares. De surgir duda, la cuestión es clara: basta confrontar con la Ley, con los innumerables supuestos legales tasados sobre cuestiones de privacidad e intimidad, para saber que se vulnera algún derecho.

Como anécdota, un conocido profesional de Madrid me encargó una gestión domiciliaria hace ya veinte años. Cuando le expliqué que la persona objeto de las indagaciones no prestó interés tras llamar a su puerta, me reprobó que no hubiera puesto el pie para evitar que la cerrara e insistió en que debía haber impuesto mi entrada en el domicilio. Este colega sigue ejerciendo con su especial hacer desde hace casi 50 años y dispersa su peculiar sabiduría entre las nuevas hornadas de detectives, aunque me consta que pocos le secundan.

Así en mi caso el éxito económico queda siempre relegado a un puesto irrelevante, toda vez que me resisto a tolerar la imposición de malas prácticas, por mucho que siempre haya alguien dispuesto a llevarlas a cabo.

El intrusismo en la profesión es un problema a considerar, pero sin duda bajo mi parecer, dañan más al colectivo las malas prácticas.

J. E. Iglesias